Cuando ya ni siquiera quedaban trozos de "ninots" a medio arder, cuando las cenizas ya empezaban a estar frías y ya se oían a los camiones municipales que venían a recoger el trabajo de todo el año, dentro del casal se oyó algo que hasta ahora nunca se había escuchado. Con la cremà y como viene siendo tradicional, falleras y falleros se despedían hasta la siguiente reunión, evitando así recoger la barraca. Pero las circunstancias especiales de éste año, con un casal con vigas y yeso, techo duro y suelo "firme", hicieron que el 19 no fuera el último de fallas, sino la primera fiesta de las fallas de 2000. ¡Vamos a hacer una paella! Aún no se sabe concretamente quién dijo eso -quizás fue San José que dado que estábamos en fin de semana quería aún más diversión- pero el caso es que con paella en mano y leña en hombro, "els mestres paellers" salieron a la calle. En la calle resultó ser tarea ardua y difícil puesto que la limpieza estaba en su máximo apogeo, por lo que, y aunque no fuera lo mismo se decidió hacer a gas. La paella era de dimensiones inmensas. De ahí comían 100 o 200 personas... ¿tantas?.. ¡¡O más!! y su preparación fue todo un dilema: ¡más pollo! ¡menos verdura!, ¿y el tomate?,..sosa, sentida, pasada, entera, con "socarraet", sin él... Finalmente salió un paellón que ese día (20 de marzo) sirvió de desayuno a los allí presentes, que sustituyeron, para bien, el chocolate con buñuelos por paella y vino. Tanto en el reposar de la paella como en su comer se oían los comentarios típicos de todo día 19/20: que si este año muy bien, o muy mal , que si Pepito está por Pepita, que si tal o cual... Y mientras a algunos aún les resbalaban las últimas lágrimas y los carrillos funcionaban como la caldera de un tren, mientras se descorchaban las últimas botellas y se cantaban la últimas canciones, los primeros rayos del sol hicieron ver a todos que ese día ya no tocaba "despertá" y que si queríamos que se repitiera una noche tan genial y un año sensacional, teníamos que colaborar para las Fallas de 2000 que hoy, amigos, ya son realidad.