Vuelvo a vuestra presencia tras otro año de preparación para poder anunciaros el denso contenido de las Fallas 99, últimas del siglo, y como tal acontecimiento debéis disfrutar en compañía de todos los falleros, amigos y vecinos y nuestras encantadoras Falleras Mayores, Mamen y Beatriz. Es cita obligada el agradecimiento a todos los colaboradores que hacen posible mi salida a la luz, en especial a mi portada (obra del genial artista y amigo en la sombra Francisco Lorente de la Riva) y el autor de los textos (laureado poeta Anfós Ramón) así como al autor infantil, colaboradores, anunciantes y amigos que han contribuido e inspirado mi nuevo nacimiento. A todos gracias nuevamente. Me vas a permitir, querido lector, una licencia profesional, porque la ocasión no la pude despreciar. Coincidió que estaba buscando una poesía que ayudara a los incrédulos (pocos deben quedar) a comprender las Fallas, esas extraordinarias fiestas que tenemos la suerte de disfrutar con propios y extraños y forman parte de la vivencia de los valencianos, y tuve la suerte de encontrar, entre la cuantiosa obra publicada en su año, unos poemas que Max Aub dedicó alas Fallas:
“Ardan pólvora y fuegos. Ardan, crepiten, chisporroteen en ruidos bandas y estampidos ciegos.
Cohete, petardo, traca en humos asidos dan pólvora y finge nube al mandato de una caña. Todo grito se vuelve alegre hazaña, a tanto el hombre se sube: nada se duda, todo sirve gloria, volada toda memoria, todo es certeza, sol, arroz, buñuelos, duelo de todos los duelos, pasodobles, piropos, chanzas, flores, vivas, pellizcos, sudores.
La gente de falla en falla se tropieza, se grita, pierde y rehalla.
Vengan, pues, y sean bienvenidas éstas Fallas de final del siglo y gocemos en la concordia y alegría que nos proporcionan.