Otro año más, y van unos cuantos, desde que el amigo Ángel Marcos dejó este testigo a nivel muy alto, sirviendo de modelo para los posteriores redactores de esta publicación o revista, erróneamente llamada “llibret”. Porque el “llibret”, como tal, es la máxima expresión de la auténtica literatura fallera, puesto que debe su razón de ser al hacho de tener que relatar y explicar el contenido de una falla, siendo su creador el poeta más satírico, más popular y más leído por los valencianos: Joseph Bernat i Baldoví que en el año 1855 encuadernó los versos escritos para la falla del mercado del Almudín. Pero aquellos inicios quedan muy lejos y ,lo que era entendido para la explicación del monumento fallero, actualmente también se hace extensible a todo el entorno de la falla, sus Falleras y Falleros, programas, anécdotas, vivencias, colaboradores y todo lo tiene relación directa con la fiesta de las Fallas. En este preámbulo, por ser comentario de obligatorio y gustoso cumplimiento, me vais a permitir que agradezca a todos los colaboradores que con sus anuncios, artículos, cada vez más, y demás aportaciones, han permitido esta publicación, haciendo siempre un apartado especial a ese genial artista, padre y abuelo de falleras, que es mi buen amigo Francisco Lorente de la Riva (¡gracias Paco¡) por habernos deleitado desinteresadamente un año más con su arte y simpatía pintando la portada; también al premiado y laureado poeta Anfós Ramón que continua con nosotros a Emi Beneyto que repite, y a la no menos meritosa imprenta que sigue soportando nuestras exigencias año tras año. A todos, gracias por permitir estar nuevamente en vuestras manos y felices primeras Fallas del siglo XXI.
