No os podéis imaginar la inmensa alegría que sentí al ser proclamada Fallera Mayor. El sueño de mi vida se había hecho realidad, luego de años de espera -que se hicieron eternos- hasta alcanzar la edad. Desde la infancia, siendo Fallera Mayor Infantil, disfruté tanto que me dije "tengo que repetir", y así fue. Nunca imaginé que me lo pasaría tan bien y que haría tantas amistades cuales han sido todas las Falleras Mayores del Sector. Desde el mes de diciembre ya empiezan nuestras andaduras con continuas asistencias a actos oficiales dentro de la Agrupación: entrega de premios, nombramientos, etc.; pero es en el mes de enero cuando comienza el trepidar de la fiesta con las presentaciones de las Falleras Mayores, con lo cual los "moños" ya no se quitan hasta el 20 de marzo. Y de la Semana Fallera ¡qué decir!, me resulta muy difícil poder explicaros con total veracidad y exactitud el sentir de la fiesta: me lo pasé ¡fenomenal! entre karaokes, cenas, ruidos, mascletás, etc. y tengo que dar gracias a Dios porque el tiempo acompañó en todo momento y pudimos lucirnos en la Ofrenda, recogida de premios, etc. y cuantos actos tuvimos que cumplimentar. No quisiera despedirme sin dar las gracias a todos los falleros, falleras, amigos y conocidos por la ayuda y colaboración que habéis prestado sin la cual no podría salir adelante la fiesta haciendo especial mención, si me lo permitís, a Jesús porque siempre sabe estar en el sitio, atento a cualquier mínimo detalle para que la fiesta y disfrute de la Fallera Mayor sea completo. Y a ti, Alejandra, espero que disfrutes tanto como yo. Te deseo un feliz reinado. ¡¡Felices Fallas 1996 a todos!!