Madre tierra Valencia… El sol lo puso Dios; la azada y el sudor, el buen huertano.
Escucha, amigo, ese rumor del agua en los cajeros, como canción de esclavo en la galera. Obediente a la voz, ¡avanza el agua! El sol lo puso Dios: la voz que ordena el agua, el buen huertano.
Mira a ese labrador -rota la espalda y el brillo de la piel enrojecida- , besando el fruto con temblor de madre. El sol lo puso Dios y la fe y el amor, el buen huertano.