Madre tierra Valencia… El sol lo puso Dios; la azada y el sudor, el buen huertano.
Escucha, amigo, ese rumor del agua en los cajeros, como canción de esclavo en la galera. Obediente a la voz, ¡avanza el agua! El sol lo puso Dios: la voz que ordena el agua, el buen huertano.
Mira a ese labrador -rota la espalda y el brillo de la piel enrojecida- , besando el fruto con temblor de madre. El sol lo puso Dios y la fe y el amor, el buen huertano.
Madre tierra Valencia... Por eso ahora -cuando quiere reinar-, vistes a la mujer de labradora.
Advierte, valenciano, que es tu alma la que ennoblece el porte de estas reinas: la azada y el sudor, la voz que ordena el agua, y la fe y el amor del buen huertano.
Escrita para el acto de exaltación de las Fallaras Mayores de la Falla Isabel la Católica-Cirilo Amorós-Hernán Cortés, por el mantenedor José Colomer Sancho. Valencia, 28 de febrero de 1981,