Quisiera, como nuevo Presidente, en mi nombre y en el de toda la Comisión que me honro en dirigir, expresarles mi más profundo agradecimiento por la ayuda prestada en este ejercicio que culminará el 19 de Marzo. Si ser valenciano OBLIGA, ser fallero obliga más. Y un Presidente tiene, además, la obligación de llevar a buen puerto un embrión que empieza su formación el 20 de Marzo, oliendo a pólvora y fuego, que va creciendo a lo largo de 12 interminables meses y que ve la luz con la Plantá. A partir de ese momento, es cuando se verán los resultados. Son sólo cinco días, pero en esos cinco días, todos los que se consideran valencianos, valorarán, examinarán al microscopio el ejercicio fallero. Y de sus resultados dependerá la ilusión, alegría y fuerza con que se inicie un nuevo ejercicio. Se crea, por tanto, un círculo que no se puede, ni debe, romper; aunque a lo largo del año haya más sinsabores que alegrías, más períodos de lucha que de paz. Todo se dará por bien empleado si al llegar el día de la Plantá se pueden hacer realidad las palabras de Teodoro Llorente con las que se inicia nuestro glorioso HIMNO REGIONAL: "Per a ofrenar noves gloríes a Espanya"
