Creo que hacía más de diez años que no trabajaba para Valencia, una serie de circunstancias debidas a mi trabajo y ajenas, por supuesto, a mi deseo de trabajar para la cuna de la artesanía del cartón, que es nuestra ciudad, como todos sabemos. Yo pienso que todos los artistas tenemos siempre en la mente el peligro del agua, cosa por otro lado lógica en esas fechas en que nuestro trabajo va a ser “engullido” por el gran público. Yo tenía la pequeña obsesión del agua, como se suele decir, entre ceja y ceja. !Mira que si después de estar tantos años sin trabajar para Valencia, le diera por llover! Y estuvo lloviendo cuatro días... Y mi trabajo, al igual que el de otros muchos compañeros, fue pasado por agua, pero la satisfacción por el éxito conseguido, aminoró bastante mi preocupación por el daño que mi falla hubiese sufrido, el trato y la acogida del barrio y de la comisión han sido inolvidables para mí, así como la gran confianza que han demostrado hacia mi entusiasmo por mi trabajo y hacia mi afán siempre renovador que hace muchos años viene marcando mi forma de hacer. Sirva este escrito para dejar constancia de la gran satisfacción que ha supuesto para mí este año pasado por agua, frío y húmedo, que se ha visto contrastado por el calor de la buena acogida y la amistad contraída con los falleros de Isabel la Católica, Cirilo Amorós, y por la satisfacción del éxito conseguido y de la gran puerta que siento abierta ante mí para realizar mis ilusiones y ambiciones de cartón - piedra, que son mi vida misma. ¡Gracias, amigos!
