Alguien dijo alguna vez que cuando se es joven uno "se comería el mundo", para luego comprobar, cuando ya se es menos joven que "el mundo se lo come a uno". Pues bien, en la foto que ilustra el artículo tiene una buena representación de parte de la juventud que integra nuestra Comisión y que como es lógico "se están comiendo el mundo... fallero”. Sacan horas de no se sabe donde, sacrifican los días libres, ponen la mejor ilusión en todo cuanto se les encomienda, aportan iniciativas que encima va y salen bien, en definitiva "se apuntan a un bombardeo”. Por todo ello han sabido ganarse el respeto y el afecto de la Comisión. ¿Quien ha dicho que los jóvenes de hoy son poco responsables?. Debió ser un miope, como de miope histórico habría que calificar a quien les negara el pan y la sal. Ellos, como nosotros no hace mucho tiempo, constituyen la más inmediata continuidad, el relevo seguro. A nosotros "los mayores" (obsérvese que digo "mayores” y no "viejos") nos corresponde la tarea de encauzar, ilusionar y alentar. Lo contrario seria tirar piedras sobre nuestro propio tejado. Y si ellos han sabido ganarse con los hechos y el esfuerzo ese respeto, nuestra confianza y el más sincero agradecimiento, más agradecidos tenemos que estar a los respectivos padres, por dos aspectos concretos. El primero, porque han sabido inculcar en sus hijos, desde bien pequeños, el amor a la fiesta, que es lo mismo que enseñarles a querer a la tierra que pisan y todo cuanto a ella se refiere. Y lo segundo, por consentirles - todos ellos son estudiantes - que dediquen en algunas ocasiones un poquito más de su tiempo a la falla. Sabemos que ello ha supuesto en alguna ocasión algún pequeño sacrificio familiar, pero creemos que la rentabilidad de este ha valido la pena: hoy forman una buena piña de amigos que están aprendiendo a compartir inquietudes y a querer a su tierra a través de una tradición tan nuestra. A los habituales apellidos de jóvenes, que han contribuido a escribir la historia de esta Comisión, se añaden ahora los de Carlos Busutil Santos, Manuel Ferrer Herrero, Ignacio Vilana Roldán, Ignacio Escrivá Rubert, Javier Vilana Blanquer, Francisco Bonora García, Jesús Sancho Llansola y Ramón Alabau Raga, que suelen ser la fuerza centrífuga que mueve al resto y a todo cuanto se pone a su alcance como si de un enorme ventilador se tratara. En definitiva ellos y sus restantes compañeros constituyen una especie de reto permanente que viene empujando a quienes ya empieza a dolernos el espinazo cada vez que hay que recoger un duro del suelo. Anhelábamos tener un grupo así, entregado, decidido y capaz. Era un proyecto de cara al futuro, y miren ustedes por donde el futuro empieza ya.
