Açò “no” és falla. Esto quiere ser un pequeño tirón de orejas a muchos de los componentes de nuestra comisión y de todas las comisiones, empezando por mí. Siempre que hay un pequeño o gran contratiempo, alguna pequeña o gran discusión, o cosas por el estilo, se zanja la cuestión con el tradicional y de rigor ¡ Açò és falla!, pues bien, yo no se exactamente si por mi corta experiencia en este mundo de las fallas, y por ello todavía crédulo, o por mi desmesurado afán perfeccionista, no estoy muy de acuerdo con esto, creo que las fallas no deberían ser así, hay muchas cosas mejorables que nadie hace nada por solucionar, como por ejemplo el “pasotismo” y el “clanismo” (bonito palabro) que son los dos grandes males que acechan a nuestra falla. Podemos empezar por criticar el “clanismo”. Este es un mal que suele afectar en mayor medida a la gente joven y en concreto a las féminas. Si la fallera mayor es amiga, o los padres o los tíos o los abuelos, no importa demasiado quién, son amigos, hay que participar absolutamente en todo, pues hay que quedar bien y además los actos tienen que lucir mucho y cuanta más gente participe mejor. Por el contrario, si la fallera mayor no es del “clan”, no hace falta vestirse de fallera para la presentación, ni para la recogida de premios, ni para la ofrenda al Maestro Serrano ni para asistir a Misa el día de San José (sobre todo después de las paellas). Es vergonzoso ver a la Fallera Mayor con solo cinco o seis amigas desfilando a recoger los premios o camino de la iglesia. Hay que estar a las duras y a las maduras. Si uno quiere ir de juerga por la noche (las maduras), con la misma predisposición tiene que estar para vestirse y participar por la mañana (las duras). La fallera mayor es la máxima representante de “la falla” que somos todos, y por ello debemos ir “todos a todo”. Por otro lado está el “pasotismo”, este afecta a los dos géneros y sobre todo a los que están en esa edad que no son “ni infantiles ni juniors”, una edad en la que todo es un rollo y que lo único que les gusta es tirar petardos, cuanto más sonoros mejor, y si revientan el tímpano del que despistadamente pasa cerca de ellos, mejor. Pero realmente los responsables no son ellos sino los padres que consienten. “Que no me quiero vestir, que estoy cansado”, “da igual, no te vistas”. Pero como en el caso anterior, la cosa cambia si la fallera mayor infantil o el presidente son amigos ó los padres son amigos. Los padres debemos ser conscientes de que también nuestros hijos un año de estos podrían estar en los papeles protagonistas y entonces nos gustaría que “todos” sin excepciones les respaldaran y apoyaran en todos los actos de la semana fallera. Ya esta bien de reprimenda que las fiesta ya están ahí. Me gustaría que todo esto empezara a cambiar y de verdad poder decir: “açò ès Falla”.