Un año mas, nos reunimos ante la Cruz de Mayo, para reafirmar nuestra condición de falleras y falleros, es decir, de amantes y devotos de las tradiciones valencianas. Y no podía ser de otra manera que en primavera y con flores, como mandan los cánones, rendimos homenaje a la cruz, símbolo de fraternidad y amor, toda una señal de que el mundo fallero esta vivo todo el año, cree con fuerza en las fiestas del "cap y casal" y que nunca descansa. Y es que como todos sabéis y pudisteis comprobar in situ, la falla no es solo acudir al casal del 15 al 19 de marzo tostarse al sol disfrutando de una magnifica mascletá. Ser fallero es sentir las tradiciones valencianas y hacerles honores, como las cruces de mayo, los belenes, las cridás etc. Haga frió o calor los falleros participamos en todos estos festejos, incluso montando la cruz de mayo pasada por agua como sucedió este año, incluida la paella de después de la colocación. Arroz y flores, son productos íntimamente valencianos, como falleros y defensores de las cruces de mayo y la implantación en carta cruce de nuestra ciudad, que como la tradición dicta y bendice desde lo alto del Micalet, una invocación para que el paisaje valenciano se llene de color y que los artistas falleros cojan un halo de inspiración, que con esfuerzo y con el apoyo de todos los falleros enciendan el motor de las próximas fallas. Por todo ello pedimos al cielo que sea benévolo con las flores valencianas y podamos lucir cada mayo y en cada rincón de nuestra hermosa ciudad de las flores que forman la cruz de mayo. En nuestro cruce de calles, tenemos el honor y la ilusión de montar cada año nuestra espléndida cruz. Con la ayuda de toda la comisión lo logramos, manteniendo y siguiendo las tradiciones de nuestra tierra, su idiosincrasia y amabilidad de nuestro pueblo. Ligado a los olores y esencias del campo que podemos juntar en las delicias de una paella y el disfrute de unas cuantas flores que forman y dan vida a las cruces de mayo. Cruces regadas por aguas de mayo.
