Me precio de ser fallero y valenciano; de ajustar las fajas de mis amigos y de ataviarme todos los días de Fallas con las hermosas ropas de llaurador; de poder desfilar en cada Presentación junto a mi ya mujer viendo cada año, a una Fallera Mayor igual de radiante y guapa.
He tenido la tremenda suerte de criarme en una familia - mil gracias - que ama a Valencia y a sus fiestas y que me ha inculcado desde bien pequeñito el significado de las fiestas josefinas.
Pero todo no podía ser, y es que, no nací mujer; y por eso nunca pude, ni podré, ser Fallera Mayor de esta Comisión; qué le vamos a hacer, cosas de la genética.
Pero esa espinita que, biológicamente, siempre llevaré conmigo, sin embargo, nunca me creará herida, pues he tenido la inmensa fortuna de ver a mis seres más queridos, o más bien, a mis "chicas más queridas", luciendo la hermosa Banda de Fallera Mayor.
Amigas de las que presumo de su amistad han sido (y este año, también) Falleras Mayores de esta Comisión y Asé, hoy mi santa esposa, fue también nuestra reina cuando éramos, casi, incipientes novios.
Por eso soy feliz; por eso y porque las Fallas pasadas (y hasta que, espero que todos vosotros lo podáis ver, alguna Ordiñana Guijarro pueda ser Fallerita) se cumplió una de mis grandes ilusiones; ser Mantenedor de esta mi Falla, y más concretamente, de mi prima y ahijada Carla y mi buena amiga, amiga de las de verdad, Mamen.
Por ello no podía sino desde el Llibret reiterar desde aquí todo mi enorme agradecimiento por el tremendo orgullo y satisfacción que me supuso ser vuestro Mantenedor.