Durante las fallas del año pasado, en una reunión con el vicepresidente encargado del casal (D. Carlos Camacho), llegué a un acuerdo para que cediera la gestión del casal de invierno a aquellos que quisieran llevarlo. En ese momento, sabía que contaba con el sempiterno casalero, D. Manuel Ferrer, el cual según nuestra forma de hacer las cosas y con la finalidad de ser un abogado algún día de estos, en invierno hace lo que puede, sin poder implicarse lo que a él le gustaría en temas falleros, compensando con creces durante el mes de marzo. Pensé que se me iba a quedar bastante grande, pero ahí fue cuando se me abrió el cielo, dos personas, falleros de pro, y amigos del alma, me dijeron las palabras mágicas. Carlos Ordiñana e Ignacio (Nacho) Villana, se venían conmigo al casal. Cualquiera que venga durante un año a nuestro casal de invierno, verá los cambios y mejoras que éste ha experimentado (cambio a "euros" incluido), los cuales, habrían sido imposibles sin la colaboración de estos dos falleros, que desde que están en el casal, ya han experimentado esa transformación que sufrimos todos los que pasamos por ahí, y que no es otra de estar , "pá un roto y un descosío". Sirva este artículo para agradecerles tal decisión y darles ánimo para coger con fuerzas estas Fallas. Aunque ellos por su carácter fallero, muchas de las cosas que van a tener que hacer, ya las hacían sin estar en el casal. Animo y espero que, tanto Nacho como Carlos, sigan siendo amigos míos después de ver en el jardín que se han metido. Bones Falles
