A propósito del frio

Llibret del año 2002
  Erase una vez un Presidente que sugirió a Festejos organizar una excursión que no fuera la tradicional de cada ejercicio. Festejos, pensó, pensó y siguió pensando hasta que Teté sugirió: " ¿por qué no vamos a la nieve?". Ante el temor de que el blanco elemento no hiciera acto de presencia, decidimos promocionarla como "excursión al frío". Debía ser un lugar cercano y económico, eligiendo el Hotel "Casa Grande" de Nogueruelas. Los días señalados, 14, 15 y 16 de diciembre. Durante la tarde-noche fuimos llegando; congratulándonos de que a medida que llegábamos al destino, el termómetro iba descendiendo hasta llegar a 6°, por supuesto negativos. Hacía frío y el hotel era familiar tanto en sus dependencias como en el servicio. El dueño, Tomás, nos dijo: "si nieva no cuaja porque Nogueruelas tiene un microclima especial ". Cenamos, tertuliamos y nos acostamos.
  Amanecía... y desde la cama, calentitos vimos que caían copillos, los niños se alborotaron, los menos niños encandilados. La nieve iba cuajando. Las dos parejitas, María-Nacho, Gracia-Álvaro, ansiosos por esquiar tomaron raudos el Ibiza y desaparecieron. Seguía nevando. Ica comento: "Tomás me ha dicho que hace 6 años se quedaron incomunicados cuatro días; si esto ocurre yo sería feliz porque estoy con mis hijos y mi marido". Reinaba el contento general. Decidimos ir hacia las pistas. Subíamos el Puerto de Linares. Seguía nevando y el hielo en la carretera se hacia notar. Detuve el coche en dos ocasiones. Tenía dudas en seguir adelante. Un José Luis sonriente y sin cadenas paso junto con Carlos a encabezar la caravana. Me tranquilizó en cierta medida que hubieran adoptado una actitud tan decidida. Los dos primeros coches volaban y yo al igual que Nacho reduciendo... Seguía nevando. Llegamos a Linares, paramos. Mari Gracia interpretaba el mensaje de Álvaro de las 12h03m:"subir a las pistas". Nos animamos y continuamos subiendo. Seguía nevando y nevando. Cuando alcanzamos la cota de 1.800 metros y viendo el mal cariz ambiental, decidimos regresar. Seguía nevando. Llegamos a Linares. Tuvimos que decidir entre la posibilidad de no seguir adelante o aventurarnos a recorrer los 14 kilómetros que nos separaban de "Casa Grande". Nos inclinamos por la última opción. Comenzamos a subir el puerto. Seguía nevando. Carlos abría camino. Tras una curva perdí la visión de Nacho, José Luis y Álvaro. Detuvimos la marcha. Ya no nevaba, era una ventisca. Pensé: incomunicados y muertos de frío... ¿por qué hemos venido?". Decidí sacar las cadenas que había comprado en Norauto. Mari Gracia y Chelo se pusieron manos a la obra, Pura leía las instrucciones de montaje. Los minutos me parecían horas e Isabel comentó: "no debe ser tan difícil poner unas cadenas". José Luis no las tenía y abandonó el coche con Amparuchi y Borja. Las chicas, ante la mirada de Isabel, seguían intentando el montaje. Transcurrió un cuarto de hora y aparecieron los coches de Carlos, Nacho y Álvaro. Me sentí, si no salvado, reconfortado. Los niños subían y se tiraban por una pared de 90°. En el coche de Nacho reinaba el silencio. Álvaro en un periquete, colocó las cadenas. Reiniciamos la marcha. Sentía que nos estábamos salvando. Lentamente recorríamos metros. A Álvaro se le soltó la cadena izquierda en tres ocasiones. Al fin, tras una larga hora, llegamos a "Casa Grande". Nos habíamos salvado. Me sentí profundamente feliz. Comimos. Seguía nevando y nevando. La tarde-noche transcurrió en un ambiente excepcionalmente gratificante: niños y seniors tirándose bolas de nieve, lanzándose por las pendientes, modelando muñecos, nosotros ganando a las chicas, pese a sus trampas, una partida de trivial... Cenando ante el televisor, dos goles del Español y en la segunda parte llegó el delirio: habíamos ganado. Ante un poster de Mendieta, Ramón comentó ser madridista y valencianista, a lo que Nacho corrigió: "un valencianista nunca puede ser del Madrid". La intendencia suministró bebida para combatir el frío.
  A la mañana siguiente salió el sol. Quisimos cumplir el precepto dominical. Subimos a la Iglesia. Tan solo había un parroquiano. El cura no aparecía, ni apareció. Mari Gracia solicitó información sobre el horario, llamó a una. puerta y sin abrirla le dijeron: "no queremos comprar nada ". Pusímonos en marcha. Había pasado el "salero" y llegamos sin complicaciones a Rubielos .Realizamos un Tour a "Casa Mata". Con los lugareños hubo un enfrentamiento de "bolas blancas". Empatamos. Comimos en Casa Vicente: garbanzos con ajoaceite, migas, potaje, codornices, lomo adobado... El dueño nos regaló tres botellas de su apreciado vino, incluida foto personal con boina.
  En este momento creí que debía manifestar mi agradecimiento personal a mis compañeros de aventura... A José Luis por su fe en su coche y en si mismo. Amparuchi por ganar al dominó a otras tres. Carlos por ser el mejor "serpa". Isabel por su espíritu impasible. Chelo por su carácter emprendedor y decidido. Pura por su actitud de colaboración. Nacho por su cordura. Ica por su sentimiento familiar de supervivencia. Álvaro por ser nuestro salvador. Nacho por izar la bandera del VCF en feudo madridista. Gracia por desempeñar positivamente la labor de copiloto. Borja por su templanza y saber estar. Gloria, Bea, Nacho, Vicente, Juan, Jorge, Dani, Mónica porque sin ellos no hubiera habido color (el blanco). Mari Gracia y María por su paciencia conmigo.
  Gracias por estos días inolvidables que me habéis regalado.
  

SBB.




Falla Isabel La Católica - Cirilo Amorós - Hernán Cortés Falla Isabel la Católica - Cirilo Amorós - Hernán Cortés
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