La corriente europea de finales del siglo XIX llega a nuestra ciudad, para de una manera relativamente fácil, desarrollarse en toda la parte Este y Sureste. Con la idea de descongestionar los tradicionales y densos enclaves comerciales de la Valencia antigua, nace la calle denominada del Puerto, por ser camino adecuado para dirigirse hacia el Grao de Valencia a través del puente del Mar .A lo largo de los años y ya en nuestros días, la fisonomía comercial de la calle de Cirilo Amorós evidentemente ha sufrido una notable transformación, de forma que hoy en día representa una importantísima arteria urbana. Dentro de nuestra demarcación, destaca la Imprenta, fundada en 1935 por Federico Morcillo, ¡ dedicada a la impresión de trabajos tanto comerciales, como religiosos, que en 1991 tuvo como uno de sus trabajos, la impresión de nuestro llibret. Quizás el monumento que más destaque, dentro de nuestra demarcación, en el tramo de Cirilo Amorós, sea la Iglesia y el Convento de los PP. Dominicos. Los Padre Dominicos tienen una arraigada tradición en Valencia, puesto que su presencia se remonta a los mismos días de la Conquista de la ciudad por el Rey Jaime I. De ahí, el interés de la Orden por edificar una Iglesia a su fundador, abriéndose al culto el día 12 de Octubre de 1921. Destaca especialmente el contemplar el interior de ésta magnífica iglesia, hoy basílica de San Vicente Ferrer, la cúpula octogonal y las pechinas, en las que aparecen adosadas unas monumentales esculturas de los Papas dominicos Benedicto XI y XIII, Inocencio V y San Pío V. Perfectamente iluminada por la noche, representa un paso obligado para todos los visitantes de nuestra ciudad. Cirilo Amorós y Pastor nació en Valencia el 9 de Julio de 1830, en el comienzo del antiguo Camí de Ruzzafa, que hoy lleva por título Paseo de Ruzafa. Estudió la carrera de abogado, que ejerció con gran prestigio, alternando su ejercicio con épocas que dedicó a la política ya la actividad empresarial, a las que se dedicó con gran intensidad. Entre otras actividades se cuentan la creación del Cuerpo de Bomberos, ser uno de los fundadores de Lo Rat Penat y Decano del Colegio de Abogados de Valencia. Falleció en su casa de la calle que hoy lleva su nombre, número 46, el 27 de Febrero del año 1887. La calle de Isabel La Católica, vía urbana de cierto sello señorial, surgió de entre un paisaje típicamente huertano de alquerías, caminos, sendas y acequias, que se integraban en la gran área de las huertas de Ruzafa. Hay un aspecto curioso en cuanto al nomenclátor de la calle. Mientras en otras ciudad españolas encontramos plazas, grandes vías o calles simplemente dedicadas a los Reyes Católicos, en Valencia tenemos una Gran Vía Fernando el Católico y una calle de Isabel La Católica, recayendo la primera hacía la parte de Poniente e Isabel la Católica a la parte de Levante. Hoy en día tal como la conocemos, nos ofrece un conjunto arquitectónico de características suntuarias que alternan con las grandes construcciones religiosas del convento de los PP Dominicos y la Iglesia Parroquial de San Juan y San Vicente. No queremos dejar de destacar una de nuestras mejores muestras de nuestra arquitectura, como es el Palacio de la Condesa de Buñol, construido en el año 1906 por el maestro de obras Vicente Alcaine Armengol. Actualmente éste palacio respetado en su regia fachada. alberga tiendas y galerías comerciales, si bien en antaño fue sede de la Compañía de Seguros del Banco Vitalicio y últimamente sede del Colegio Oficial de Médicos de Valencia. La calle de Hernán Cortés es la tercera de las siete que componen el Ensanche de Colón, desde donde se inicia para desembocar en la Gran Vía Marqués del Turia. Algunos de los grandes edificios que hoy conocemos, con grandes portales y solemnes escaleras, corresponden a los solares que a finales del siglo pasado eran huertas, entre las que discurría un camino rural -el camí de la Parreta-, antecedente de la actual calzada de Hernán Cortes. Debido a la escasez de locales para instalar comercios en este tipo de construcciones. se fueron habilitando a tal efecto muchos de sus patios y entresuelos. De ahí que existieran almacenes, talleres, garajes y hasta una lujosa cochera de carruajes de caballos. j También en el recuerdo queda la famosa fábrica de «Paraguas Vizcaino», que decían fabricaban quinientos paraguas diarios, además de abanicos, sombrillas y bastones. En el número 7 de esta calle, estuvo funcionando mucho tiempo con gran fama y popularidad, el Gimnasio Colón, acreditado centro de cultura física. El Palace Fesol es uno de esos establecimientos hosteleros con auténtica patente de acreditada fama. Ubicado primero en el número quince y luego en la parte de enfrente en el número diez, tuvo un éxito rotundo, y sus típicas comidas se hicieron famosas, siendo punto de encuentro de grandes figuras del arte, pintores, escultores, músicos, literatos y gentes del mundo del espectáculo. Pero el mejor recuerdo es el templo y residencia de las Religiosas Adoratrices del Santísimo Sacramento, donde se conservan los restos de su fundadora, la vizcondesa de Jorbalán, comúnmente llamada la Madre Sacramento. que falleció en Valencia en el año 1865. Por la calle de Hernán Cortés circuló durante varios años en la década de los cincuenta el trolebús en su línea número 3. Era un medio de transporte urbano muy solicitado, ya que unía el centro con Monteolivete, atravesando Hernán Cortés y Cirilo Amorós. En la moderna calle de Hernán Cortés se dieron cita a la hora de construir sus edificios, los arquitectos más afamados. Entre ellos cabe citar a Manuel Peris que construyó la casa de Vallbona, en la que cabe destacar sobre el arco de la portada principal, la imagen de María Auxiliadora. Hernán Cortés fue una importante figura de la historia de España. Nació en Medellín en 1485, y fue uno de los personajes más destacados de la colonización de América, concretamente en lo que a Méjico respecta. Gran parte de la historia de la colonización se conoce gracias a su pluma. Murió en 1547 en la ciudad de Castillejo de Cuesta, cerca de Sevilla. En la última década del siglo pasado, uno de los objetivos prioritarios de la jerarquía eclesiástica, fue el atender debidamente a los fieles que iban a instalarse por toda esta barriada de Valencia. De ahí nació la idea de construir ésta Iglesia, dedicada en honor de San Vicente Ferrer, Patrono del antiguo reino de Valencia y de San Juan del Hospital. El día 16 de junio de 1897, víspera del Corpus, se colocó la primera piedra, con asistencia de las primeras autoridades. El terreno fue cedido por D. Rodrigo Sandoval y su esposa Da Joaquina Esquerdo, realizando los planos de la misma, el arquitecto D. José Calvo. En el año 1916, abrió sus puertas al culto público, exactamente el 12 de julio. Su planta es en forma de cruz latina y el estilo mezcla de ojival y bizantino. Consta de una gran nave central de 11 metros de anchura por 50'60 metros de longitud. La altura en su nave central es de 20'40 metros y en la cúpula de 28'60 metros. Actualmente, el ser nuestra Parroquia, hace que todos los actos de carácter religioso que celebra nuestra Comisión, tengan lugar en dicho recinto. Al final del tramo de la calle, ya entrando en la Gran Vía Marqués del Turia existe el Colegio de San Vicente Ferrer de los PP Dominicos. Dicho colegio que en los años anteriores a la guerra civil funcionó como colegio de bachillerato, bajo el título de Hispano Francés, a partir de 1939 se consolida como Colegio de San Vicente Ferrer destinado a la formación de alumnos de enseñanza primaria y de bachillerato. El Padre Urbano fue el verdadero promotor de dicho colegio, colocándose la primera piedra el 27 de julio de 1927 llamándose inicialmente Colegio Universitario de San Vicente Ferrer. Actualmente cursan sus estudios gran parte de los componentes de nuestra Comisión Infantil, siendo uno de los colegios más importantes de nuestra ciudad.
